miércoles, 27 de noviembre de 2013



 

La adolescencia es un periodo en la vida de los seres humanos que se extiende desde los 12 hasta los 18 años. Es una etapa de transición entre la infancia y la edad adulta. En tan solo 6 años, el aspecto de los adolescentes sufre un gran cambio, al igual que su personalidad y su manera de relacionarse con los demás. Deben adaptarse a los cambios rápidos que suceden en sus cuerpos y en su entorno, algo que no siempre resulta sencillo. 
En esta delicada época un problema parece un mundo para el adolescente, que debe afrontarlo con unas herramientas que todavía no están bien desarrolladas. La falta de conocimiento y experiencia para desenvolverse en determinadas situaciones sociales hace que muchos adolescentes den una importancia supina a su aspecto. Se podría resumir en una frase que escuché a un paciente hace unos años: “Como no sé muy bien qué decir ni qué hacer, dejo que mi aspecto hable por mí”.
Como los adolescentes suelen dar una gran importancia a la imagen, cualquier aspecto que no sea el esperado podría suponer un verdadero tsunami emocional. Y ésta es precisamente la época en la que más cambios físicos se producen, algunos de los cuales no son agradables como el acné o la calvicie.
La pérdida de pelo en adolescentes suele comenzar a la vez que la pubertad: a los 13 años. Puede empezar con síntomas como una excesiva seborrea, caspa o fragilidad capilar. Más tarde, el pelo puede caer en abundancia en zonas concretas o quebrarse en exceso. Ante los primeros síntomas, los jóvenes suelen empezar a preocuparse por el estado de su cabellera.
Las personas que sufren de este problema podrían desarrollar un estado ansioso general, ya que el origen de su problema, la calvicie, siempre está presente. Esta ansiedad puede dispararse en situaciones sociales en las que estén rodeados de otros iguales. En ellas, puede que sientan que la gente examina su pelo y emite juicios sobre el estado de su cabellera.
La piel es un órgano terriblemente sensible al estrés. Cualquier preocupación podría hacer que salgan granos, su tono general se apague y, cómo no, que el cabello caiga. Así que  esta preocupación por lo que puedan pensar los demás podría complicar la situación haciendo que el pelo cayera con mayor facilidad.
Pero no es el único problema que podría causar esta circunstancia. Para evitar estos picos de estrés en situaciones sociales, muchos adolescentes evitan el encuentro con otras personas. De esta forma pueden estar tranquilos, ya que no están sometidos al juicio de los otros. Pero esa soledad hace que aspectos fundamentales que se han de aprender y desarrollar en la adolescencia -como las habilidades sociales- no sean practicadas.
El adolescente evitativo aprenderá que la forma de estar tranquilo y ‘solucionar’ los problemas es estando solo y no afrontando situaciones en las que haya que relacionarse con los demás. Esto podría desembocar en trastornos como la fobia social, que podrían marcar de forma dramática la vida de una persona. Muchas veces, la fobia social está relacionada con la depresión: la falta de un contacto auténtico y satisfactorio con los demás podría afectar al equilibrio emocional de una persona.
La obsesión que pueda tener un adolescente por una calvicie incipiente puede ser tratada por un psicólogo, pero también debe ir acompañada de algún otro tipo de tratamiento cosmético o dermatológico a base de productos específicos para reforzar la estructura del cabello. Por ejemplo, champús con vitaminas, complementos específicos para el pelo a base de L-Cistina o lociones tópicas con principios activos que retrasen el ciclo capilar o tratamientos capilares en clínicas especializadas.
Con este tratamiento, al que podríamos denominar de dos frentes, el joven podrá por un lado saber manejarse en situaciones que hasta ese momento le parecían incómodas, y por otro, comprobar cómo  la caída se ha frenado y que así, sus preocupaciones no tendrían una base real.
                                                                                                                            Fuente: tupelohabladeti
 

martes, 26 de noviembre de 2013



 
El cabello y las uñas tienen como función proteger su cuerpo. También mantienen constante la temperatura corporal. Otra función importante del cabello y de las uñas es ayudarle a sentir las cosas.
A medida uno envejece, el cabello y las uñas comienzan a cambiar.

Cambios en el cabello y sus efectos
Cambio en el color del cabello.  Es uno de los signos más obvios del envejecimiento. El color del cabello se debe a un pigmento, llamado melanina, producido por los folículos pilosos, las cuales son estructuras en la piel que producen y permiten el crecimiento del cabello. Con la edad, el folículo produce menos melanina. El encanecimiento comienza con frecuencia hacia los 30 años de edad.
El pelo del cuero cabelludo a menudo empieza a encanecer generalmente en las sienes y se extiende hacia la parte superior del cuero cabelludo. El color del cabello se torna cada vez más claro y finalmente blanco.

El vello corporal y facial también se vuelve gris, pero generalmente más tarde que el del cuero cabelludo. El vello de la axila, del pecho y del área púbica puede encanecerse menos o no encanecer.
El encanecimiento está determinado por los genes. Las canas tienden a aparecer de manera más temprana en los caucásicos y de manera más tardía en las razas asiáticas. Los suplementos nutricionales, las vitaminas y otros productos no detienen ni disminuyen la velocidad de dicho proceso de encanecimiento.
Cambios en el grosor del cabello. El cabello está hecho de muchas fibras de proteína. Una sola fibra tiene una vida normal entre 2 y 6 años. Ese cabello luego cae y es reemplazado por uno nuevo. La cantidad de vello que uno tenga en el cuerpo y en la cabeza también está determinada por los genes.
Con la edad, casi todas las personas experimentan alguna pérdida de cabello y disminución en su velocidad de crecimiento.
Las fibras de cabello se vuelven más pequeñas y tienen menos pigmento, de ahí que el cabello grueso y áspero de un adulto joven se convierta finalmente en un cabello delgado, fino y de color claro. Asimismo, muchos folículos pilosos dejan de producir nuevos cabellos.
Muchos hombres comienzan a mostrar signos de calvicie hacia los 30 años de edad y muchos están casi calvos hacia la edad de 60 años. Un tipo de calvicie relacionada con la hormona masculina testosterona se denomina calvicie de patrón masculino. El cabello se puede perder en el área de la sien o en la parte superior de la cabeza.
Las mujeres pueden desarrollar un tipo similar de calvicie a medida que envejecen, denominado calvicie de patrón femenino. El cabello se vuelve menos denso y el cuero cabelludo puede hacerse visible.
A medida que uno envejece, el vello corporal y facial también se pierde, aunque los vellos que permanecen se pueden volver más gruesos. Las mujeres pueden perder vello corporal. El vello facial puede volverse más grueso, especialmente en el mentón y alrededor de los labios. En los hombres, el pelo de las cejas, las orejas y la nariz se hace más largo y áspero.

Consulte con su médico si presenta una pérdida repentina de cabello, lo cual puede ser un síntoma de un problema de salud. 

Cambios en las uñas y sus efectos

Las uñas también cambian con la edad: crecen más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles. Se pueden volver amarillentas y opacas.
Las uñas, especialmente las de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas y encarnarse con más frecuencia; mientras que las puntas de las uñas de las manos se pueden partir.
Se pueden desarrollar rebordes longitudinales en las uñas de las manos y los pies.
Consulte con el médico si las uñas desarrollan hoyuelos, rebordes, líneas, cambios en el contorno u otros cambios, ya que esto puede estar relacionado con deficiencia de hierro, enfermedad renal y deficiencias nutricionales.

martes, 19 de noviembre de 2013


ALOPECIA   ANDROGENÉTICA

 



La alopecia androgenética debe considerarse una enfermedad genética, en la que los folículos del cuero cabelludo responden de un modo anómalo a la acción de la hormona masculina (testosterona), produciéndose un proceso de "miniaturización " del folículo piloso, que cada vez se hace más pequeño hasta atrofiarse y perderse definitivamente. En este camino hacia la atrofia, como veremos, es donde únicamente pueden actuar los tratamientos. Los folículos atrofiados y  definitivamente cicatrizados, se consideran perdidos y, al día de hoy, irrecuperables.

La alopecia androgenética es una enfermedad hereditaria, de herencia aún no completamente determinada y de gravedad variable, por lo que es muy importante en la entrevista con el paciente la descripción de la situación familiar cercana. Puede afectar a hombres y mujeres, aunque estas últimas se veían afectadas en menor medida por la "protección" que supone las hormonas femeninas; lo cierto es que la Alopecia Androgenética femenina ha aumentado un 40% en los últimos 4 años. Por ello, muchas mujeres empeoran de su alopecia tras su primer embarazo o en la menopausia, cuando se produce un desequilibrio hormonal y de un modo relativo "aumentan" las hormonas masculinas presentes en todas las mujeres. En algunos casos se inicia de forma muy prematura tras la primera menstruación.


           La forma y distribución de la alopecia androgenética en hombres y mujeres suele ser diferente. Clasicamente se manejan como patrones de caída masculina la escala de Hamilton  y para mujeres la de Ludwig.

            En éstas alopecias lo más importante es un diagnóstico lo más precoz posible para poder empezar a tratar la falta de densidad capilar antes de que sea demasiado tarde.

 

martes, 12 de noviembre de 2013


               PRODUCTOS   COSMÉTICOS  PARA  EL  CABELLO

 

Cada día sale al mercado un nuevo champú, mascarilla, gel, crema que va a solucionar tu falta de brillo en el cabello, que lo va a engrosar y que fortalece la fibra capilar penetrando en el cabello.

Todos éstos productos tienen un efecto totalmente efímero, dado que no debemos olvidar que el cabello es fruto de la metabolización de los nutrientes que le aporta la sangre al órgano papilar o papila, que es el que se va a encargar de la formación del cabello.

Y todo lo que os acabo de explicar ocurre dentro del sistema capilar, concretamente dentro del folículo piloso.

De manera que todos éstos productos tienen un efecto efímero en el tiempo y cuando dejas de usarlos tu cabello vuelve a ser el de siempre, fino, encrespado o desvitalizado.

Se habla mucho últimamente de una molécula llamada “filloxane” que es la ÚLTIMA NOVEDAD EN TRATAMIENTOS COSMÉTICOS y dice penetrar en el cabello, extendiéndose por la fibra, engrosando en cabello y fortaleciendo la fibra capilar.

No olvidéis nunca que la fortaleza del cabello radica en su interior, en el Cuero Cabelludo. Un ejemplo visual sería decir que las zapatillas de un ganador de los 100 metros lisos son las verdaderas triunfadoras y no la forma física y el esfuerzo del atleta que las calza, no creeis?

lunes, 11 de noviembre de 2013


                                         LA GRASA EN EL CABELLO



Cuando hablamos de grasa en el cabello siempre tendemos a generalizar y a hablar de un solo tipo de grasa que ensucia nuestro pelo, pero no es así exactamente, ya que aunque el origen del exceso seborreico es el mismo, la forma en que se produce y sus consecuencias no.

Hoy vamos a aprender a distinguir entre los dos tipos de grasa que afectan a nuestro cabello:

- GRASA SEBORREICA COMÚN

Este tipo de grasa se produce por una secreción sebácea exagerada, debido a una sensibilización de la glándula sebácea a la enzima 5-alfa-DHT, que provoca que la glándula produzca más grasa de lo habitual. Esta grasa sale al exterior y provoca que el cuero cabelludo y el cabello se engrasen en exceso.

La grasa seborreica común suele comenzar en la pubertad, donde tiene su mayor actividad, y disminuye mucho a partir de los 30-35 años de edad, aunque hay determinadas personas que las acompañará de por vida.

Para este tipo de patología no hay tratamiento radical que elimine ese exceso de grasa desde su origen, pero si tratamientos efectivos que regulen esa producción de grasa y eviten tener el cabello graso. Llegados a este punto hay que destacar que determinados tratamientos pueden producir el temido “efecto rebote” debido a que no regulan a producción de grasa, sino que la “barren” directamente del cuero cabelludo dejando a este sin protección natural frente a los radicales libres, lo que le produce una resecación del mismo, picor y descamación. Este tipo de tratamientos hay que evitarlos, puesto que no son los adecuados.

También comentar que hay muchas personas que piensan que tienen grasa y no están en lo correcto. Esto es debido a factores de error en la frecuencia de lavado, tipo de trabajo, uso de determinadas prendas, etc. Aclaremos que el lavado habitual de un cabello en circunstancias normales es de 3-4 veces en semana, todo lo que sea disminuir esta cifra, estaremos realizando un lavado inadecuado, y el cabello se irá ensuciando progresivamente debido al polvo, sudor, polución, etc. Si además realizamos un trabajo de esfuerzo físico donde sudamos más de lo habitual, o usamos gorro habitualmente, nuestra recomendación sería un lavado a diario.

Para distinguir básicamente si tenemos un exceso seborreico o no, tomaremos esta referencia temporal… si el cabello se nos ensucia entre las 24-48 horas siguientes al lavado nuestro problema es una grasa seborreica común, más allá de este tiempo no se consideraría exceso de grasa salvo excepciones.

- GRASA SUDOR

Este tipo de grasa tiene el mismo origen común que la grasa seborreica común pero con la salvedad de que la forma en que sale al exterior es a través de una excesiva sudoración del cuero cabelludo y trepando por el cabello directamente, por lo que lo impregna en su totalidad y de manera muy rápida.

Este tipo de grasa también suele acusarse más en la etapa de la adolescencia, cediendo su fuerza con el paso de los años.

La grasa sudor es un problema para muchas personas que lo padecen ya que el cabello se ensucia a las pocas horas de lavarse el cabello, dejando al mismo con un aspecto húmedo y aceitoso. Si a esto le añadimos que la mayoría de tratamientos antigrasa que existen en el mercado solo se dirigen para corregir la grasa común… la persona suele desesperarse puesto que nada le hace efecto.

 Para distinguir básicamente si tenemos grasa sudor, tomaremos esta referencia temporal… si el cabello se nos ensucia antes de las 24 horas siguientes al lavado nuestro problema es una grasa sudor, más allá de este tiempo se consideraría exceso de grasa seborreica común.

jueves, 7 de noviembre de 2013



 


El grosor medio del cabello en un adulto se sitúa en unas 70 micras (0,070 mm), siendo un cabello muy grueso cuando su diámetro es de 0,1 mm y delgado cuando es de 0,025 mm. Un dato importante es que conforme se avanza en edad, se reduce el diámetro del cabello, se pierde grosor.

El crecimiento medio del pelo de la cabeza de un adulto es de 0,5 mm diarios, lo que supone un crecimiento mensual de 1,5 cm aproximadamente. Debido a que la fase de crecimiento del cabello (fase anágena) es de 3 años, la longitud máxima “oficial” del cabello es de 54 cm.

 
También de especial interés es el crecimiento diario del pelo en barba 0,25 mm/día con una longitud “oficial” máxima de 30 cm, en axilas 0,36 mm/día con longitud máxima de 16 cms o en pubis 0,40 mm/día con longitud máxima de 6 cm.

El color del pelo se debe a un pigmento llamado melanina. La melanina se produce en los melanocitos acumulándose en melanosomas. Existe la eumelanina (verdadera melanina) responsable del color negro o marrón del pelo y feomelanina (falsa melanina) responsable del color pelirrojo y rubio.

El pelo está constituido principalmente por alfa-queratina, por lo que es importante mantener la queratina en buen estado, para mantener un cabello saludable. Es por esto de vital importancia utilizar productos que protejan las cadenas de alfa-queratina y que aporten queratina al cabello.

 

martes, 5 de noviembre de 2013



 


Desde finales del verano hasta bien entrada la Navidad, se produce la mayor caída del año coincidiendo con la estación otoñal. Esto es debido al acortamiento de las horas de luz propias de esta época y que indican al cuerpo el cambio de estación,  produciéndose un un recambio acelerado del cabello conocido como “efluvio telógeno o telogénico”.

Este tipo de caída se produce por todo el cuero cabelludo y se suele apreciar en actos cotidianos como lavarnos el pelo, peinarnos o simplemente al levantarnos y ver la almohada llena de pelos. Es un tipo de caída que no produce calvicie, pero que se debe de tratar e incluso prevenir para no debilitar el cabello y evitar que se vuelva una caída permanente.

Si bien este es un proceso relativamente natural, en muchos casos llega a ser un verdadero problema, por eso debemos acudir a nuestro especialista capilar habitual en cuanto detectemos una caída de cabello más frecuente de lo normal en estas fechas, o incluso anticiparnos a sus primeros síntomas, él sabrá solucionar nuestro problema.