¿RAPARSE LA CABEZA BENEFICIA MI CABELLO?
Raparse
la cabeza es algo meramente estético, que en algunas culturas está relacionado
con símbolos de virilidad y hombría. Contrariamente a lo que sucedía en otras
culturas dónde el cabello era símbolo de fuerza cómo nuestro conocido Sansón y
Dalila.
El relato comienza en la época en que el pueblo judío era oprimido por los Filisteos. En ese tiempo, un Ángel se acercó a una mujer esteril y le dijo que iba a tener un niño que los iba a liberar de esa opresión. Pero le aclaró que nunca debía cortarle el cabello.
Sansón creció siendo un hombre muy fuerte, muy
musculoso. Sus historias eran magníficas: haber luchado contra un león con sólo
utilizar sus manos, acabar él solo a un ejército o poder destruir construcciones
con la fuerza de su cuerpo.
Escapando de sus enemigos se enamora de la bella
Dalila, una mujer filistea. Los filisteos la sobornan para que logre que Sansón
le cuente el secreto de su fuerza. Luego de mucha insistencia y engaños,
finalmente Sansón le cuenta que perderá la fuerza si le cortan su pelo.
Sus enemigos le cortan el cabello, lo toman preso y le quitan sus
ojos. Sin embargo, no contaban con que su pelo de a poco, le volvía
a crecer. Así fue como recupera su fuerza y logra vengarse derribando las
columnas de un gran edificio.
Creo que éste relato resume claramente que raparse la cabeza, no hace que el cabello crezca más fuerte, ni más sano, ni más cantidad de cabello. Porque la fortaleza del cabello radica en el interior del sistema capilar. Y si tenemos poco pelo, seguiremos teniendo poco peco, y si lo tenemos débil, lo seguiremos teniendo débil.
Es cierto que el tallo del cabello al empezar a salir tiene cierta rigidez que puede inducir a error, pero en cuánto crece vuelve a estar igual a cómo estaba antes de raparlo.
De manera mi consejo es que si vais a hacerlo que sea por una cuestión meramente estética.