ALOPECIA ANDROGENÉTICA
La alopecia androgenética debe
considerarse una enfermedad genética, en la que los folículos del cuero
cabelludo responden de un modo anómalo a la acción de la hormona masculina
(testosterona), produciéndose un proceso de "miniaturización " del
folículo piloso, que cada vez se hace más pequeño hasta atrofiarse y perderse
definitivamente. En este camino hacia la atrofia, como veremos, es donde únicamente
pueden actuar los tratamientos. Los folículos atrofiados y definitivamente cicatrizados, se consideran
perdidos y, al día de hoy, irrecuperables.
La alopecia androgenética es una
enfermedad hereditaria, de herencia aún no completamente determinada y de
gravedad variable, por lo que es muy importante en la entrevista con el
paciente la descripción de la situación familiar cercana. Puede afectar a
hombres y mujeres, aunque estas últimas se veían afectadas en menor medida por
la "protección" que supone las hormonas femeninas; lo cierto es que
la Alopecia Androgenética femenina ha aumentado un 40% en los últimos 4 años.
Por ello, muchas mujeres empeoran de su alopecia tras su primer embarazo o en
la menopausia, cuando se produce un desequilibrio hormonal y de un modo
relativo "aumentan" las hormonas masculinas presentes en todas las
mujeres. En algunos casos se inicia de forma muy prematura tras la primera
menstruación.
La forma y distribución de la alopecia androgenética en hombres y mujeres suele ser diferente. Clasicamente se manejan como patrones de caída masculina la escala de Hamilton y para mujeres la de Ludwig.
En éstas alopecias lo más
importante es un diagnóstico lo más precoz posible para poder empezar a tratar
la falta de densidad capilar antes de que sea demasiado tarde.
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