LA PELIGROSA MODA ECOLÓGICA DE NO USAR CHAMPÚ
PARA LAVARSE LA CABEZA
En los últimos años y, sobre todo, en los últimos meses empieza a coger
fuerza una nueva tendencia ecológica llamada «No Poo», es decir,
«no champú», que promueve sustituir este producto por solo agua o
bicarbonato y vinagre supuestamente para conseguir un cabello con más
brillos y evitar los problemas para la salud derivados del uso de productos
manufacturados. Sin embargo esta moda no alerta de los peligros que esta
práctica conlleva para el cuero cabelludo y el pelo:infecciones, irritación
y estropea el cabello. «Esta es una moda alternativa más, no creo que a la
larga vaya a ser muy popular, aunque sí es llamativa. El pelo produce
grasa y si no se retira puede ser malo, así usar solo agua puede ser
negativo sobre todo en personas con patologías en el cuero cabelludo, ya que
pueden producirse infecciones».
El champú se ha convertido en un elemento fundamental en la higiene de la
población, con un uso periódico, incluso llegando a ser diario, se
ha convertido en un arma para el dermatólogo en el tratamiento de toda
patología que afecte al cuero cabelludo. No obstante, admite, «en personas con
pelo sano no graso y sin problemas en el cuero cabelludo» se podrían utilizar
alternativas naturales, ya que «no es necesario utilizar siempre fórmulas
artificiales». «No Poo», que viene a ser un juego de palabras, ya que en inglés
champú es 'shampoo' y 'poo' significa caca, realmente apoya cualquier método
que evite el uso de este producto: bicarbonato, vinagre, miel, aceites
esenciales o el uso exclusivo de agua.
«No Poo» es un juego
de palabras con los términos 'shampoo' -champú- y 'poo' -caca-
Los motivos son huir de las sustancias artificiales o aditivos químicos, y
así evitar los efectos negativos que creen provoca su uso; con la medida además
consiguen evitar la compra de productos comerciales y supone una vuelta al uso
de los recursos mínimos. Así, determinados sectores ecológicos mantienen
que al no usar champú, el pelo produciría menos grasa y, por tanto, se
mantendría limpio durante más tiempo. Sin embargo, desde el punto de vista
dermatológico el champú elimina la grasa producida por las glándulas sebáceas,
donde quedan atrapadas las células muertas del cuero cabelludo, la
suciedad, o las sustancias que nos apliquemos en él, como lacas,
gominas, etc. «Esta grasa o sebo debe eliminarse periódicamente por razones que
van más allá de lo meramente estético, ya que supone una importante fuente de
microorganismos que pueden favorecer las infecciones», explica.
La cantidad de grasa que produce cada persona está determinada
hormonalmente y no exclusivamente por la cantidad de veces que nos lavemos el
pelo. «Es por ello que al seguir este método, muchas personas no logran
controlar la grasa sólo con agua y recurren al bicarbonato para eliminarla,
pero el pelo no entiende de métodos: si abusamos del bicarbonato
conseguiremos el mismo efecto que con el exceso de champú», indica. Además,
el bicarbonato tiene un pH más alcalino que el del cuero cabelludo, pudiendo
producirnos irritación, y su uso continuado nos puede decolorar el cabello; por
su parte, el vinagre es ácido con lo que se modifica más el pH del pelo provocando
aún más irritación que el bicarbonato.
El uso de otras sustancias
No obstante, admite que existen sustancias contenidas en algunos champús
que pueden irritar el cuero cabelludo e incluso producir alergia,
como son el alcohol, algunos conservantes -«el famoso kathon que es muy
alérgico»-, o las fragancias. Estas sustancias no sólo se encuentran en el
champú, sino en algunos cosméticos que se aplican en el cuerpo (cremas
hidratantes, geles de baño, desodorantes, perfumes, etc.), por lo que si esta era
la razón por la que aumenta el número de seguidores de esta nueva moda, la
situación en la que se encuentran es más complicada. Por lo tanto, «la
recomendación es usar champú libre de alcohol, fragancias o algunos
conservantes. Aunque estos productos artificiales están en prácticamente
todos los cosméticos».
La periodicidad del lavado es «personal»
El champú más recomendable para un cuero cabelludo sano es unchampú
suave, los llamados neutros, que no contenga las sustancias arriba
mencionadas. Si se tiene alguna patología del cuero cabelludo, como dermatitis
seborreica o psoriasis, se recomienda combinar el uso de los champús de
tratamiento con otros neutros, para evitar irritar excesivamente la piel. Por
otro lado, el uso de distintos champús cosméticos como los específicos
para pelo rizado, liso o teñido, se pueden usar indistintamente de forma
continua o alternándolos, según nuestra preferencia personal, ya que desde el
punto de vista dermatológico no son diferentes, siempre que ninguno de sus
componentes nos produzca problemas de irritación o alergia. Desde la academia
admiten que un lavado excesivo puede aumentar la producción de sebo,
aunque no pueden afirmar lo contrario, es decir que no lavar en absoluto el
cabello no va a hacer que no produzcamos nada de sebo.
Asimismo, prefieren no hacer una recomendación en cuanto al un número fijo
de veces que se deben lavar el cabello a la semana, ya que «esto es muy
personal», y, además, depende de la cantidad de sebo que produzca la
persona. Por tanto, la máxima es que «si se ensucia frecuentemente, podemos
lavarlo frecuentemente». Una última recomendación es no fiarse de los productos
que prometan cambios en el pelo que fisiológicamente son inviables, como es el
caso de los célebres champús para caballos con biotina que, recuerda, «no van a
hacer que el pelo sea más sano», ya que «para eso hay que alimentarlo
desde el interior».
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